Juan Ariel Toledo Guerra -
Las redes sociales se mueven
noticia a noticia, hash tags y likes que van y vienen, hechos que se
olvidan. Hace un tiempo todos fueron París o Bruselas, hoy se habla de Trump.
Precisamente el triunfo del magnate, símbolo de la intolerancia, el racismo y
la xenofobia, me hizo desempolvar este trabajo de aquellos días cuando “We were Orlando”.
Era domingo 12 de junio y un atentado en un
bar de esa ciudad norteamericana dejó el saldo de un centenar de muertos y otro
tanto de heridos. Las víctimas eran en su mayoría hombres hispanos, entre los
cuales fallecieron dos cubanos: Christopher Joseph Sanfeliz y Alejandro Barrios
Martínez, de de 24 y 21 años de edad respectivamente.
La peor masacre en Estados Unidos
desde los atentados del 11 de septiembre fue perpetrada por el ciudadano de
origen afgano Omar Mateen, quien según
trascendió a la prensa había visitado el club “Pulse” varias veces antes de
cometer el atentado.
En nuestro país el presidente
Raúl Castro envió un mensaje de condolencia a su par norteamericano, mientras
la Unión Nacional de Escritores y Artistas emitió una declaración de repudio
hacia “toda expresión de terrorismo, racismo, homofobia, xenofobia, violación
de derechos humanos y cualquier otra manifestación que degrade la dignidad de
nuestra especie”.
Esa noche mientras navegaba en
Facebook me saturé de tanta información sobre el suceso. Entre tantos post me
llamó la atención el de Darien Acosta, un joven bailarín habanero que figuraba
entre mis amigos pero no conocía.
Entonces supe que el dolor se
comparte, pero toca más fuerte entre los familiares o amigos de alguna de las
víctimas.
Darien no pudo contener las lágrimas al saber que su mejor amigo Alejandro, fue abatido a tiros mientras se divertía en esa discoteca. |
Solo hace un año, Alejandro había partido por razones familiares hacia Estados Unidos desde su natal
Bayate, en el municipio de Candelaria, Pinar del Río. La madre de Alejandro, Orquídea
Martínez viajó destrozada al funeral de su hijo.
“Nunca imaginé que ese abrazo sería el último que nos daríamos. Él fue
mi amigo, mi hermano, mi confidente. Siempre estuvimos juntos hasta el último
día. Nadie puede imaginar el dolor que siento porque hoy ya no está, su vida le
fue arrancada”, expresaba Darien mientras conversábamos vía Facebook.
“Siempre voy a recordarlo. Desde hace un año no pude verle. Aunque no era mi hermano de sangre, era un amigo que valía mucho para mí. Él era todo, siempre estaba en mi casa, salíamos juntos. Siempre me decía que cuando volviera a Cuba iría corriendo hasta mi casa para darme un abrazo.”
“Siempre voy a recordarlo. Desde hace un año no pude verle. Aunque no era mi hermano de sangre, era un amigo que valía mucho para mí. Él era todo, siempre estaba en mi casa, salíamos juntos. Siempre me decía que cuando volviera a Cuba iría corriendo hasta mi casa para darme un abrazo.”
De izquierda a derecha Alejandro Barrios y su amigo Darien (Cortesía de Darien Acosta, vía Facebook) |
Ese abrazo lamentablemente nunca llegó por culpa del odio y la intolerancia, al igual que Junior Sanfeliz tampoco podrá abrazar más a su hermano Christopher:
“Mi corazón está completamente roto. Mi hermano pequeño y la persona
más importante en mi vida, ha fallecido debido a sus lesiones. Yo y Christopher
éramos uno, siempre sabíamos en qué estaba pensando el otro y podíamos darnos
cuenta cuando el otro estaba disgustado”, comparte en las redes.
De izquierda a derecha, Christopher Sanfeliz y su hermano Junior (Cortesía de Junior Sanfeliz, vía Facebook) |
Hoy la masacre de Orlando es solo
un recuerdo que se acentúa en las mentes de aquellos que perdieron un amigo o
un familiar. A cinco meses de la matanza, vuelvo a
conversar con Darien, todavía le afecta y por siempre quedará una huella en su memoria.
Mientras, las redes sociales siguen moviéndose noticia a noticia,
con hash tags y likes que van y vienen, hechos que se olvidan, siempre repletas de spam.
Hace un tiempo todos fueron París
o Bruselas, ahora se habla de Trump: el candidato que sembró más odio durante
su campaña y es hoy presidente de Estados Unidos. Muchos esperan que reflexione
sobre la falta de restricciones para la posesión de armas de fuego y los cada
vez más frecuentes actos de violencia que corroen esa nación. El tiempo es
corto antes que otra lamentable tragedia con el sello de la intolerancia vuelva
a sacudir al mundo.
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