Que no calle la mujer

Extendemos una felicitación a todas las mujeres y los invitamos a opinar en el debate sobre los derechos de las féminas



Si bien todos los días son de las mujeres y también de los hombres, porque  hacemos historia, minuto a minuto, en nuestros espacios cotidianos, resulta importante conocer las razones que llevaron a considerar el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer Trabajadora, también llamado Día Internacional de la Mujer. Conocer la historia nos permite comprender por qué hemos llegado hasta acá y todas las luchas que se han librado para ello.
Un 8 de marzo de 1857, un grupo de obreras textiles tomó la decisión de salir a las calles de Nueva York a protestar por las condiciones en las que trabajaban. Distintos movimientos se sucedieron a partir de esa fecha. El 5 de marzo de 1908, Nueva York fue escenario de nuevo de una huelga polémica para aquellos tiempos. Un grupo de mujeres reclamaba la igualdad salarial, la disminución de la jornada laboral a 10 horas. Durante esa huelga, perecieron más de un centenar de mujeres quemadas en una fábrica de Sirtwoot Cotton, en un incendio que se atribuyó al dueño de la fábrica como respuesta a la huelga.
Por el camino, la efeméride ha evolucionado, ha cambiado de fecha y ha perdido la palabra “trabajadora” de su cabecera. El 8 de marzo -declarado oficialmente por la ONU en 1975- es la fecha elegida para reivindicar a todas las mujeres y su igualdad de derechos.
Aun cuando en materia de derecho pareciera haberse avanzado mucho, en el 2017 hay motivos para celebrar, pero también mucho que reclamar en pro de la equidad de derechos de hombres y mujeres.
Centrando la mirada en los logros alcanzados por la mujer en este espacio universitario de la UCLV se destaca que 124 de ellas ocupan cargos importantes de dirección, 866 son docentes. Más de 300 mujeres ofrecen servicios en facultades y áreas administrativas y se cuenta con 4555 muchachas estudiando en el curso regular diurno o en otras modalidades de estudio, ya sean carreras de corte humanístico o carreras de un perfil técnico.
En materia de acceso al trabajo, al estudio y ocupar puestos de dirección, la mujer cubana ha avanzado en cuanto a derechos, no obstante repensar la cotidianidad, en espacios públicos y privados, identificar señales de inequidad, de sobrecarga, es una tarea continua porque en el día a día (en la familia, en la pareja, en las relaciones laborales e interpersonales en general) es que se demuestran las conquistas. ¿Existen en la actualidad barreras para que las mujeres estudien una ingeniería? ¿Se siguen asumiendo las féminas como modelo de comprensión, sensibilidad y belleza? ¿Se asocia únicamente la mujer a la maternidad? ¿Se comparten las tareas en los espacios domésticos? No en todos los casos las respuestas son alentadoras. Por ese motivo, que no calle la mujer en la búsqueda de dignificar su lugar en la sociedad.

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