GAME OVER en el barrio cubano

 



Mónica Sardiña Molina - Muchas veces oímos: “si no hiciste esto o aquello, no tuviste infancia”. Pero no se trata de hacer, sino de con qué lo hacemos. ¿Cuántos hicieron burbujas con un tallo de calabaza y detergente? ¿Cuántos saltaron con la suiza de un sillón viejo, con dos pomos de desodorante en los extremos? ¿Cuántos hicieron yoyos con preservativos? ¿Cuántas modas llevaron al papel y al cartón para vestir cuquitas? ¿Cuántos convirtieron las jeringuillas en pistolas de agua? Si no lo hiciste así, no fuiste un niño cubano.

Las carencias económicas nos abrieron un mundo de creación, pero el dominio tecnológico redujo la diversión a ceros y unos.

La generación que nació después del 90 no conoció los juguetes “básicos, no básicos y adicionales” de nuestros padres. Y no quiero hablar de los precios de la shopping, porque seguro muchos recuerdan la típica perreta frente al mostrador para que mami nos comprara una bicicleta, un carrito con control remoto o una muñeca que habla y llora.
La generación del 90 nació bloqueada, igual que la del 60, la del 70, la del 80. Pero nadie calló las risas en los parques, en las calles, en las escuelas. Nadie opacó las luces de los cocuyos en las noches de apagón. Nadie sacrificó caballos de madera ni zafó las costuras de las pelotas de trapo. Nadie pudo bloquear la imaginación de los niños cubanos.

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Sin embargo, el siglo xxi oxidó las cajas de bola de la chivichana. La era digital trajo superpoderes a los héroes imitados en cada barrio. Ben 10 secuestró a Elpidio Valdés. A María Silvia la encerraron en un castillo, con el pelo teñido de rubio y en espera de un príncipe azul, quien jamás cabalgaría sobre Palmiche. El barquito de papel no ha vuelto a navegar en el charco de la esquina por miedo a que se seque el malecón. Y Fernanda ­_mi socia_ no ha desentrañado el misterio, porque no le alcanzan las monedas para pedir una pista.

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¿Qué pasó? ¿Desde cuándo el zapya se convirtió en idioma universal? ¿Quién cambió los terrenos de pelota por dos porterías virtuales y apagó la fogata de los pioneros exploradores? ¿A dónde se llevaron a los niños que corrían bajo el aguacero y competían en la calle todos los sábados? Adaptamos el día a día infantil a una pantalla, limitamos la realidad a los videojuegos y… ADVERTENCIA: su batería se encuentra en un 5%.

Comentarios

  1. Cuánta verdad. Nos tocó la época de la soledad, de las calles vacías, de la enagenación informática. Yo me siento un poco nostálgico por los juegos de antaño. Mis felicidades para Mónica
    Miguel Ángel

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  2. Excelente...corto y enfático...quizás cargue con la culpa solo presentar el problema sin resolverlo pero eso es periodismo...
    ...porque ahora mi mente se va con una carga reflexiva, mi mente se va embobecida y manipulada por el correcto manejo de las preguntas que se muestran como líderes intencionales de este comentario...Felicidades Le Monique...

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