Solo resta un día. Este 20 de enero comienza la era Trump, el magnate será el presidente de los Estados Unidos.
Armando Pedro de León y Juan Ariel Toledo Guerra - Cuando faltan solo unos días para que Donald Trump asuma como presidente de los Estados Unidos, todos (ya sean locales o foráneos) están a la expectativa sobre su mandato. Bancos de inversión, economistas, el mercado accionario y el público, se muestran optimistas sobre las perspectivas económicas, al menos en corto plazo.Ver más: Se acerca el experimento Trump (primera parte)
El optimismo actual contrasta con las proyecciones catastrofistas
durante la campaña y se basa en propuestas económicas que aún carecen de muchos
detalles. Se conoce que en materia económica el nuevo presidente apostará por
elevar la inversión.
Los empresarios preparan sus estrategias para la Trumpconomics, el nombre que han dado
los expertos al modelo económico sobre el que se asentará la era Trump.
Una de las principales claves de la nueva gestión será
una rebaja general de impuestos, que busca ahorros a las rentas medias y que,
según Trump, permitirá a las empresas ser competitivas.
El presidente electo ha prometido generar crecimiento,
crear empleos y elevar la productividad. Para esto el magnate cree que debe
potenciar la inversión pública con participación privada en infraestructuras, a
pesar de que el sector privado no muestra mucho entusiasmo por estos proyectos
públicos.
Durante la campaña, el candidato republicano enarboló
la bandera del proteccionismo comercial durante la campaña electoral, mensaje
que caló fuerte entre los ciudadanos más afectados por la deslocalización
industrial. Entre otros aspectos, Trump propuso abandonar el acuerdo comercial
del Pacífico, en el que participan una docena de países, y renegociar el que
tiene en vigor con México y Canadá.
Para su estrategia económica fue clave la designación como Secretario de Comercio de Wilbur Ross, el
multimillonario inversionista considerado "el rey de la bancarrota"
por comprar empresas en problemas financieros con potencial de generar
utilidades.
Algunos hechos significativos pre-mandato tuvieron
lugar en el mes de diciembre. El Banco Central de Estados Unidos anunció la segunda
subida de tipos de interés en una década, al dejar el precio del dinero un
cuarto de punto más alto, hasta una banda que queda entre el 0,50% y el 0,75%.
El primer incremento había tenido lugar hace justo un año.
Sin embargo, el mercado y los medios de difusión estaban pendientes de la
reunión en Nueva York de Trump con los jefes de las empresas tecnológicas de SiliconValley.
Los jefes de las compañías Google, Facebook y Apple trataban de buscar un
acomodo con el magnate tras los choques de la campaña contra el republicano.
Pero de lo que más se habló fue de la falta de sintonía entre la dirección del Banco Central y el presidente electo, que quedó de manifiesto en las previsiones de la Reserva Federal (fed) sobre los tipos de interés para 2017 y, sobre todo, en la rueda de prensa que la presidenta de la institución, Janet Yellen, dio tras la reunión.
Precisamente, Trump cargó duro durante la campaña electoral contra Yellen, a la que acusó de mantener los tipos de interés tan bajos para beneficiar políticamente a Hillary Clinton y Barack Obama. Los republicanos, por su parte, maniobran para someter la gestión del Banco Central a un mayor control por parte del Congreso.
Pero de lo que más se habló fue de la falta de sintonía entre la dirección del Banco Central y el presidente electo, que quedó de manifiesto en las previsiones de la Reserva Federal (fed) sobre los tipos de interés para 2017 y, sobre todo, en la rueda de prensa que la presidenta de la institución, Janet Yellen, dio tras la reunión.
Precisamente, Trump cargó duro durante la campaña electoral contra Yellen, a la que acusó de mantener los tipos de interés tan bajos para beneficiar políticamente a Hillary Clinton y Barack Obama. Los republicanos, por su parte, maniobran para someter la gestión del Banco Central a un mayor control por parte del Congreso.
La clave de las previsiones se resume en una frase: la Reserva Federal
prevé más inflación con Donald Trump. Igualmente, el Banco Central
estadounidense estima que el PIB crecerá en el entorno del 2% en los próximos
dos años. La tasa de paro estará en el entorno actual, del 4,7%.
Precios por las nubes
Parte de la
campaña de Trump se basó en un recorte de gastos. El primer blanco de su
política fue el Air Force One. (Estados
Unidos gasta el 16 % de su presupuesto en defensa).
“Boeing
is building a brand new 747 Air Force One for future presidents, but costs are
out of control, more than $ 4 billion. Cancel order!”,
expresó el magnate en su cuenta de Twitter.
Desde 1958 Boeing
fabrica los aviones presidenciales de USA. El Air Force One es capaz de repostar
en vuelo y resistir un ataque nuclear
|
De su reunión con
contratistas de defensa también explicó en las redes sociales que: “The F-35
program and cost is out of control. Billions
of dollars can and will be saved on military (and other) purchases after
January 20th”.
Con un precio de 400
000 millones de dólares, el Caza F35 es el arma más cara de la historia
|
Trump les exigió a
los ejecutivos de las empresas que se ajustaran y prometieran aviones más
asequibles: “Es un regateo, pero vamos a bajar los precios y lo vamos a hacer
muy bien”.
Pero algunos analistas advierten que pese al impulso inicial
que la economía podría obtener durante la primera parte del mandato de Trump,
hoy existe incertidumbre sobre el rumbo económico de USA a mediano y largo
plazo. Más allá del criticismo hacia las políticas de Trump, debe reconocerse el
estado deplorable de la economía que hereda la próxima administración de manos
de Obama.
La productividad y
la fuerza laboral tienen dificultad para crecer, lo que explica que el
potencial de crecimiento de EE UU esté dos puntos por debajo de lo normal.
La cuestión no es solo si podrá contener
la desaceleración, sino cómo lidiará con la compleja situación económica. A
pesar de los detractores puede ser que este experimento le salga bien, su labor mejore la
calidad de vida de los estadounidenses y funcionen otras formas de hacer política.
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