Sin Miedo al Horizonte continúa con esta serie de análisis sobre el estado de los deportes colectivos en Cuba.
Lázaro Arias Yusta - El deporte nacional de Cuba es el que más
preocupación inspira. A pesar de constar con gran cantidad de entusiastas
practicantes y la mejor maquinaria para la formación de talentos, el país sufre
la deserción de un número exponencial de peloteros cada año.
Surge entonces la disyuntiva de seguir
aferrado a vetustos códigos o abrirnos a un mundo monopolizado del deporte
profesional.
Desde el subcampeonato en el Clásico
Mundial de Béisbol del 2006 la selección de Cuba no obtiene una medalla en un
evento internacional de calidad. |
Cada
vez baja más la popularidad del deporte de las bolas y los strikes a nivel de
selecciones. La confederación internacional del deporte no logra establecerse o
agrupar las federaciones nacionales de cada país en una estrategia y objetivos
de desarrollo común. Pecaríamos de inocentes si viéramos un contrario en el
fútbol u otro deporte.
El enemigo del béisbol radica hoy en su
interior y deberían tomarse los métodos y experiencias de otros deportes para
llegar a un paradigma de trabajo.
Cuba en el extranjero.
Con el comienzo
de los entrenamientos de pretemporada de abril del 2016 en la MLB, los
jugadores cubanos representan la cuarta mayor cifra por detrás de Venezuela,
Dominicana y reñida con Puerto Rico.
¿Quién no
quisiera probar su talento en el máximo nivel mundial?
Otro tema son las deserciones. Varias son las
razones que dan impulso a jugadores del patio a marcharse lejos de su hogar y
su familia. Ya va de pasada las políticas de la Guerra Fría donde parecían
seducidos por la vida que Tío Sam ofrecía y vimos que las razones pasan por
encima de lo político y lo económico.
Algunos peloteros que han desertado de la
selección cubana en los últimos años para jugar en la MLB. Las regulaciones del
bloqueo no permiten que estos se integren a los equipos Cuba.
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Mientras tanto la
estrategia cubana de contratación de jugadores en ligas foráneas sembró, pero
aún no ha recogido muchos frutos. Este paso implementado en el 2013 llegó un
poco tarde y no cuenta con una línea específica de trabajo, colocando nuestro
campeonato local por detrás de cualquier oferta mediocre que aparezca y dejando
huecos en los equipos de la Serie Nacional.
Claro, destacan
algunas excepciones como Alfredo Despaigne, temible en la Liga Japonesa.
Tal vez este sea el deporte más afectado
por las regulaciones impuestas por el bloqueo. Estas aquejan un ámbito que va
desde la disposición y precio de los implementos hasta las pautas legales que
deben atravesar los peloteros cubanos para participar en la Gran Carpa.
Espectáculo
Otro punto importante en el análisis sería
el rescate del concepto de espectáculo en todo su significado. Esa fiesta que surge
desde alguna instancia responsable y se multiplica en cada centro escolar,
industria, escuela, peña deportiva. No esperemos que por simple espontaneidad
de los seguidores se colmen las gradas.
El formato de doble fase constituye un arma
de doble filo. Sí, es cierto que obliga a emplearse a fondo en cada desafío e
imprime mayor espectáculo en la segunda fase, pero deja demasiados peloteros
inactivos por meses. También logra aunar la calidad en determinados equipos,
pero qué alternativa queda a los peloteros que no son elegidos a participar en
la segunda fase que buscar otros horizontes.
El Estadio Augusto César Sandino en el 5to
juego de la semifinal Azucareros-Tigres reportó una de las mayores
concurrencias en la temporada.
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Hacer un show de nuestro pasatiempo
nacional inspiraría tanto la asistencia a los estadios como la entrega en el
terreno de los jugadores. Este concepto abarca un amplio espectro a trabajar,
que en nuestro país ha caído en segundo plano: coberturas televisivas más
dinámicas, mascotas de los equipos, llevar al mercado objetos identificativos
de los equipos, interacción con los espectadores, estímulo al final de
temporada a los mejores jugadores, etc.
Disposición de las instancias responsables,
existe; amantes de las bolas y los strikes, sobran; resultados de las selecciones
cubanas, se extrañan.
No pasará en un año, ni en dos, hay mucho
trabajo y varios valores sobre la mesa.
Cerrar los ojos y conformarse, sería el
peor error. Abrirlos sin miedo y reconocer nuestras potencialidades y
limitaciones es la única salida para insertar a Cuba en planos estelares.
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