La primera escena de este drama mostró que
seguimos sin acomodarnos al béisbol de alto nivel. ¿La suerte está echada y comenzó por el Tokio Dome? Ya es tarde. La polémica que puso a
arder algunas esquinas pasó de la cháchara a la realidad, de conjeturas al
análisis.
Lázaro Arias Yusta - El Clásico Mundial de Béisbol abrió finalmente
sus cortinas y seguro dejó a pocos en su cama cuando a las 5 de la mañana de
este martes Cuba midió fuerzas contra los nipones. Tanto optimistas como
pesimistas, seguidores como detractores de un Cuba sin mucho de que presumir, eligieron
encargar a su despertador de romper el silencio matinal para ver la primera
estocada del equipo que en el fondo ningún cubano quiere ver perder.
Los topes previos de preparación con una
victoria, 4 descalabros y un empate dejan claro el difícil, casi utópico, reto
de cara a igualar actuaciones pasadas. Ya desde días antes varios medios
vitoreaban, criticaban, vaticinaban, deducían, analizaban, retorcían, subía,
bajaban, hasta justificaban de antemano las posibles actuaciones desastrosas o
brillantes de la Mayor de las Antillas en la más importante competencia
beisbolera a nivel de selecciones nacionales.
Pero ya es tarde. La polémica que puso a
arder algunas esquinas pasa la cháchara a la realidad, de conjeturas al
análisis. La suerte está echada y comenzó por el Tokio Dome.
No vimos lo que queríamos. Noelvis Entenza
solo sostuvo la bola uno y un tercio de inning, relevistas bateados con
comodidad, lanzadores por debajo en el conteo, errático Frank Camilo, nervioso
Gracial en tercera con par de errores, ofensiva inconstante, poca movilidad en
la combinación torpedero-camarero. Nada, que este Cuba no enamora a este nivel.
Carlos Martí no encontró asiento en la
banca donde cupiera su cuerpo y la ansiedad del primer día. Por no jugar todas
sus fichas el primer día tendrá que trabajar en la mentalidad ganadora de sus
pupilos ya que varios de ellos no poseen experiencias en este tipo de
competencias y aún quedan oportunidades.
Los japoneses reían y algunos cubanos
parecían contraídos por el frío. Todo marchaba relativamente estable 2-1 a favor
de Japón hasta las 5 carreras del 5to inning. El Tokio Dome celebró y muchos
lamentaron haberse levantado a las 5am en Cuba.
Con 5 hits y 3 carreras en la parte alta
del 7mo inning Cuba enseñó las garras para poner las acciones (7-4). El picheo
cubano fue incapaz de contener a los japoneses que no pararon hasta marcar 11
carreras. La ofensiva cubana llegó hasta 6 anotaciones con destaque para
Yoelkis Céspedes, pero sin mantener la ofensiva de los rivales a raya …
La primera escena de este drama mostró que
seguimos sin acomodarnos al béisbol de alto nivel, aunque los mejores del
reparto actoral en el picheo no salieron a las tablas, un empuje sicológico será
necesario. Si el segundo acto deviene igual de trágico, si no logra viajar la
estirpe guerrera cubana, la de Culiacán, la de los Alazanes, hasta la tierra
del sol naciente nadie querrá aplaudir esta tragedia griega. Foto: Ricardo López Hevia

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