La Feria Internacional del Libro de la Habana ya fue inaugurada. Pero he aquí una buena noticia: los libros existen más allá de este evento. Empieza por leerte nuestra edición de "Cómo comprar un libro y no morir de hambre en el intento"
Prólogo
Capítulo 1: Lucy
Capítulo 2: Numancia
¿Cómo, que todavía no entienden de qué se trata este trabajo? Es más que una crítica a las codiciosas librerías particulares.
Miren,
mejor empiezo por el principio: tengo una noticia alarmante que darle al
pueblo, es una primicia. Bueno, no sé si ustedes estarán preparados. Pero, ¡qué
cosa!, me voy a arriesgar: Amigos… los libros existen, más allá de la Feria del
Libro.
Otro señor,
contemporáneo con el primero, se encuentra en CADECA (Casa de Cambio) en Cienfuegos intentando cambiar unos
dólares. Después de una cola inmensa, que viene de la mano con el asedio de los
vendedores particulares de divisa, sale con la intención de comprarse un buen
libro.
No tiene que
caminar mucho. A solamente uno pasos de ahí, se encuentra la Librería “La
Bohemia”.
La estantería le
trae recuerdos de antaño, algunos de esos ejemplares le pertenecen. Recuerda la
vez que compró aquel Crimen y Castigo, era la época donde difícilmente una obra
valía más de un peso. No quería deshacerse de él, pero ya su casa parecía una
biblioteca antigua, o un nido de polillas.
En vez de
terminar en la basura, Dostoievski podrá seguir ayudando a las nuevas
generaciones. Aparte, nuestro amigo podrá sacarse alguna tierrita, que nunca está de más, sin necesidad de matar a ninguna
usurera. Este mecanismo de compra-venta beneficia muchísimo al lector.
“Los usuarios traen
un listado, del mismo se analizan los
temas, los autores, el año de edición y la conservación del libro. La
especialista selecciona los que cumplen con todos estos requisitos y,
posteriormente, le indica al usuario el día que tiene que venir para traerlos.
Ese contrato dura tres meses y las ganancias del propietario alcanzan hasta el
setenta por ciento del precio del texto, el cual determina la propia
especialista”—comenta Numancia Rodríguez Rosa, encargada de este trabajo de
análisis y decantación de la literatura.
Incluso aquí, tal vez
los precios no sean los más baratos. Pero bueno, el máximo beneficiado es otro
lector que, ¿quién sabe?, en un futuro podrías ser tú. Me parece una
alternativa excelente para aquel que quiera evitar las puñaladas de los vendedores
particulares, los cuales, cual carretilleros, se aprovechan de una necesidad
básica para enriquecerse.
Este tipo de
librerías, de libros raros y de uso, no afecta a las librerías estatales
gracias a una política muy acertada: no se acaparan las obras de editoriales
cubanas hasta seis años después de su publicación. Así no pasa lo que pasó con
Galeano que, al poco tiempo de estar en la “Dionisio San Román” a veinte
pesos, desapareció y reapareció, a
ciento cincuenta, en “La Fernandina”.
Numancia, quien atiende, además, extensión en
la Universidad de Cienfuegos (UCF) “Carlos Rafael Rodríguez” y se siente
orgullosísima de su nombre, dado que lo comparte con una obra de Cervantes,
asegura que, por lo menos en la librería “La Bohemia”, la literatura
latinoamericana no falta. Incluso un autor tan aclamado como Leonardo Padura,
aparece a cada rato por sus anaqueles.
Como pueden observar, hay opciones para
adquirir literatura, incluso para venderla.
Capítulo 3: Roberto
Por: Miguel Angel Castiñeira García
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